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Del 27 al 2 de Diciembre
El colchón es un elemento de suma importancia en tu vida. Si realizamos una abstracción simple, podríamos afirmar que pasamos la tercera parte de nuestras vidas durmiendo. Este dato es suficiente como para poner de relieve la importancia de contar con un buen colchón en casa a la hora de dormir.
Dormir en el colchón ideal para ti repercutirá en tu salud y en tu estado de ánimo. Si tu descanso no es el adecuado, tu calidad de vida puede verse reducida de forma considerable. Es por eso que conviene invertir y comprar el mejor colchón para tu espalda y tus cervicales.
Los colchones se pueden clasificar en cuatro tipos diferentes: de espuma, viscoelásticos, de muelles y de látex. Cada uno tiene sus propias características y es más apropiado para algo en concreto, por lo que decidir de antemano cuál es el mejor colchón no tiene sentido. Dependiendo de tus circunstancias y tus necesidades será más adecuado optar por un tipo concreto o por otro.
Un elemento muy importante a la hora de estudiar qué colchón es mejor para el dolor de espalda es saber qué firmeza necesitas para obtener un mejor descanso.
A grandes rasgos se pueden establecer tres categorías distintas: los colchones blandos, los intermedios y los duros.
Los intermedios y los duros son los más utilizados por la mayoría de la población. Los blandos son necesarios en casos especiales.
Cada persona es un mundo cuando duerme. Las posibilidades son infinitas para cada persona; sin embargo, las tres grandes posturas a la hora de dormir son boca-abajo, de lado sobre uno de los costados o bocarriba.
Para aquellas personas que se sienten más cómodas durmiendo boca-abajo es aconsejable que escojan colchones de una dureza intermedia tirando a blanda para evitar posibles dolores de espalda.
Los que duermen de lado pueden escoger colchones intermedios para que el colchón se adapte sin problemas a la forma del hombro y de la cadera.
Por último, aquellos que duermen boca-arriba deberán escoger colchones intermedios tirando a duros y colchones duros.
Tu medida y tu peso también van a influir en tu elección, ya que, si el colchón en el que duermes no se adapta bien a tu cuerpo, no vas a dormir a gusto y eso tendrá repercusiones que van a afectar a tu vida.
El colchón en el que duermas debe tener una longitud que supere, como mínimo, en 10 centímetros tu estatura. Ni que decir tiene que, para aquellas personas que comparten colchón, la referencia la marca la persona de mayor estatura.
Las personas que tienen un peso elevado deben escoger colchones duros con buena sujeción para evitar que se produzcan deformaciones y para aportar estabilidad. En definitiva, cuanto mayor sea tu peso, mayo debe ser la dureza del colchón que elijas.
Las personas que se mueven mucho en la cama deben escoger colchones de una mayor firmeza para poder moverse con una mayor comodidad y para que puedan repartir el peso de su cuerpo de una forma mucho más equilibrada, acomodándose el colchón a la forma de tu espalda y todo tu cuerpo. Obviamente no debe ser tan duro que resulte incómodo, aunque determinar ese punto es muy subjetivo.
También es importante observar que así como los colchones de muelles, según sea la estructura y disposición de los mismos pueden hacer ruido cuando se mueve una de las personas, esto no pasa con los colchones de espuma.
También hay que tener en cuenta la temperatura que se alcanza en la cama cuando duermes. Hay personas que son muy calurosas y otras que pasan mucho frío. Pues bien, tu colchón es otro de los elementos que te va a ayudar a controlar la temperatura cuando estés en la cama.
Así pues, los colchones más frescos son los de muelles, puesto que, como ya hemos apuntado antes, son los que mejor ventilan. Los colchones viscoelásticos con grafeno también son una buena opción para quienes se sofocan con facilidad en la cama, ya que disipan el calor. También existen materiales refrescantes que se aplican en la parte superior del colchón y tienen efecto frío, por ejemplo, el Thermogel.
Si tu problema al dormir es el frío, quizá tu mejor opción sean el resto colchones viscoelásticos, así como los de espuma y los de látex. Estos colchones guardan mucho mejor el calor y te ayudan a tener un sueño mucho más cálido.
Debes tener en cuenta que el tipo de colchón que elijas no acabará ni con el problema del calor en verano ni con el del frío en invierno, simplemente contribuirán a conseguir una mejor temperatura en la cama.
Las personas que sufren problemas de espalda deben escoger con sumo cuidado la superficie sobre la que van a dormir.
El mejor colchón para el dolor de espalda siempre será uno adaptable a tu cuerpo para poder apoyar toda la zona lumbar, que tenga una dureza alta, pero que no genere puntos de presión que dificulten el sueño.
Así que el mejor colchón para el dolor de espalda será el colchón viscoelástico con núcleo de espuma.
En cualquier caso, decidir cuál es el mejor colchón para la espalda dependerá de lo que necesite cada persona para su bienestar.