Aunque no la veamos, está en todos lados: en hospitales, fábricas de automóviles, tiendas de colchones y muebles o incluso en embalajes. Nos referimos, ni más ni menos, que a la espuma de alta densidad. Se trata de un tipo de espuma de gran calidad con una densidad que va desde los 150 kg/m3 hasta un máximo de 70 kg/m3, y se utiliza en todo tipo de sectores. Si quieres conocer todos los ámbitos en los que puedes encontrar está versátil espuma, sigue leyendo. ¡Te lo contamos todo!

Las 3 propiedades clave de la espuma de alta densidad

La espuma de alta densidad tiene tres propiedades clave que hacen que sobresalga sobre los otros tipos de espuma: la resistencia, la durabilidad y la comodidad. 

  • La densidad indica la cantidad de kilogramos por metro cúbico que contiene una pieza de espuma. En los casos de la espuma de alta densidad, como su nombre indica, la densidad suele ser elevada, lo que proporciona un soporte firme y estable. Cuanto más densa sea la espuma, mayor resistencia tendrá.
  • La espuma de alta densidad tiene una larga durabilidad ya que es una espuma muy compacta (con la celda muy apretada) por lo que  tarda más en degradarse que las espumas de baja densidad. Esta espuma resiste el paso del tiempo y el desgaste mucho mejor que otros materiales de su condición.
  • Destaca también por su comodidad. En este caso nos referimos a la espuma viscoelástica, de muy elevada densidad pero de un comportamiento muy suave y dúctil por lo que se adapta perfectamente al cuerpo. Es una espuma ideal para colchones ya que favorece el descanso ya que elimina puntos de presión. Al adaptarse a la forma del cuerpo, se posiciona como la mejor espuma para colchones y demás soportes en muebles de descanso. 

¿Dónde podemos encontrar espuma de alta densidad? Usos recomendados

La espuma de alta densidad es un material versátil y resistente que se ha convertido en la elección preferida en una amplia variedad de sectores. Desde la fabricación de muebles hasta aplicaciones médicas, sus propiedades de durabilidad, firmeza y adaptabilidad la hacen indispensable en el día a día. A continuación, exploramos algunos de sus usos más destacados y cómo contribuye a mejorar nuestra vida en diferentes ámbitos.

En la industria del mueble

Muchos de los muebles que tienes en casa están fabricados con espuma de alta densidad, empezando por el sofá. Con este material también se construyen sillas, tanto de interior como de exterior, taburetes, sillones o tumbonas. Cualquier mueble es susceptible de ser rellenado con espuma de alta densidad.

tumbonas de espuma al lado de una piscina

En fabricación de colchones

Si para algo es idóneo este material es para fabricar colchones. Gracias a su firmeza, esta espuma proporciona un soporte perfecto y, habitualmente, se complementa con capas de espuma más suave y viscoelástica en la parte superior. Esta alivia la presión en puntos clave de nuestro cuerpo y mejora la calidad del sueño. Y no solo hablamos de colchones para camas convencionales, sino también de otro tipo de lechos, como camas balinesas y camas para mascotas. Sí, nuestros compañeros de cuatro patas también merecen dormir bien.

En el sector automovilístico

Pasamos de los colchones a los coches, pues esta espuma también va sobre ruedas. Los asientos de muchos vehículos, como furgonetas o camiones, están rellenos de espuma de alta densidad para proporcionar un mejor amortiguamiento contra el bote y las vibraciones habituales. Asimismo, se utiliza como aislamiento térmico y acústico en algunas partes del vehículo, así como en cabeceros y reposabrazos para mejorar la comodidad.

En el mundo deportivo

Como lo lees: la espuma de alta densidad ha llegado incluso al mundo deportivo. ¿Ves? Cuando te decíamos al principio que estaba en todos lados, no exagerábamos. En deportes como la gimnasia, por ejemplo, se emplea espuma de alta densidad en las colchonetas para que los ejercicios se efectúen con total seguridad. También sirve para rellenar herramientas de entreno, como los sacos de boxeo, o de seguridad, como el casco y demás protecciones de los esquiadores. ¿Hay algo para lo que no valga este material?

En medicina

Ahora sí que te has quedado ojiplático, ¿verdad? Aunque suene increíble, la espuma de alta densidad igual te rellena un sofá que te sirve de soporte en plantillas ortopédicas. Vaya pasada de material. En el ámbito de la medicina, esta espuma destaca especialmente en almohadas ortopédicas, equipos de rehabilitación y colchones para camas hospitalarias. ¡Qué maravilla!

Cuidado y mantenimiento de  productos fabricados con espuma de alta densidad

La espuma de alta densidad resiste muy bien al paso del tiempo, pero eso no quiere decir que no debamos cuidarla. Más bien, todo lo contrario. Para que nuestros colchones y demás productos creados con este material nos duren el máximo tiempo posible, tenemos que seguir unas pautas de mantenimiento a rajatabla.

1. Limpieza regular

La espuma no se limpia sola. Cada cierto tiempo, es necesario dedicarle un poco de atención para mantenerla en buen estado. Algunos optan por lavar el material simplemente con agua y un pelín de jabón neutro para no dañarlo. Sin embargo, cuando las manchas se resisten, no nos queda otra que recurrir al mágico bicarbonato sódico (rebajado con agua, obviamente). Después, tendremos que dejarlo secar para que nuestra espuma no retenga nada de humedad.

2. Ni mucho calor, ni mucho frío: evita las temperaturas extremas

Evita exponer tu producto de espuma a temperaturas demasiado frías o calientes. En ambientes muy fríos, la espuma viscoelástica puede volverse rígida y perder su capacidad de adaptación, mientras que en condiciones de calor extremo, puede sufrir deformaciones o deteriorarse con más rapidez. No la coloques cerca de la calefacción o de chimeneas ni la metas al congelador, si es que en algún momento se te ha pasado esa extraña idea por la cabeza.